Una verdad dura sobre el amor es que no existe una pareja perfecta que venga a salvarnos. Nadie va a llenar nuestros vacíos ni a resolver por arte de magia lo que no hemos trabajado en nosotros mismos.
Todos tenemos defectos. Todos cargamos con historias, heridas y aprendizajes pendientes. Todos llevamos un niño interior dentro, con miedos, necesidades y deseos de ser visto y amado. Pero no es responsabilidad de otra persona sanarlo por nosotros.
Encuentra a alguien que quiera construir contigo una relación sana y segura, alguien que elija crecer a tu lado en lugar de huir ante los desafíos y conviértete en esa pareja también. Porque el amor no es solo encontrar a la persona correcta, sino también ser la versión más íntegra de nosotros mismos para compartir un vínculo real y profundo.
Cuando alguien realmente nos importa, no solo encontramos tiempo para responder, sino que lo hacemos con intención y presencia. No se trata de falta de tiempo, sino de prioridades. Todos estamos ocupados, todos tenemos compromisos, hijos/as que nos absorben las energías, pero siempre deberíamos hacer espacio para lo que consideramos valioso. Si no te sientes así, ese no es tu sitio.
En la vida, respondemos por orden de prioridad, no de llegada. Las personas que nos valoran nos hacen sentir con acciones, no con excusas. Porque cuando alguien es importante para ti ,su mensaje no se pierde en el olvido; se convierte en una oportunidad para fortalecer la conexión.
El amor, la amistad y el respeto se demuestran en los pequeños detalles, en la manera en que elegimos priorizar a los demás. Al final, lo que realmente define una relación no es la frecuencia de los mensajes, las llamadas, sino la intención detrás de ellos.
Rafa Navarro
