Cuéntame Cosicas

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Hay momentos en los que la vida parece quebrarse en mil pedazos: vínculos que se rompen, trabajos que desaparecen, certezas que se vuelven polvo.
Creemos que estamos siendo castigados, pero lo que en realidad se está desmoronando es la mentira de nuestra vieja identidad.

El caos no llega para destruirte.
Llega para mostrarte que ya no puedes sostener la máscara que llevabas puesta.


El espejismo del destino único

Nos enseñaron a obedecer una línea recta: nacer, estudiar, trabajar, formar familia, jubilarse, morir.
Una línea gris disfrazada de seguridad.

Pero la física cuántica y las tradiciones ancestrales lo gritan a la vez: la realidad no es fija.
Existen infinitas versiones de ti mismo, coexistiendo en este preciso instante.
Tu conciencia es quien elige cuál de todas habitar.

El problema es que nadie nos educó para elegir. Solo para repetir.


El colapso de la vieja identidad

Cada pensamiento abre o cierra caminos.
Cada emoción repetida es un código que te encierra o te libera.

Cuando todo se derrumba, no es azar ni castigo.
Es tu vieja versión muriendo a gritos porque ya no tiene energía para sostener lo nuevo.
Y aquí está lo brutal: si te aferras a lo que se va, morirás con ella.


Señales del salto

  • Lo que antes funcionaba, deja de hacerlo.
  • El vacío aparece como un agujero en el pecho.
  • Las sincronicidades revientan la lógica.
  • Nada encaja, excepto la sensación de que no puedes volver atrás.

La verdad que duele

El caos es el aviso.
Es la alarma de que tu alma está harta de sostener lo que no vibra contigo.
Lo que no sueltes voluntariamente, la vida te lo arrancará a la fuerza.


El cierre oscuro

Aquí está lo que nadie quiere escuchar:
Si no atraviesas el portal, el portal te devorará.
El infierno no está después de la muerte: es quedarte atrapado en una vida que ya expiró, repitiendo rutinas huecas, sosteniendo relaciones que son cadáveres, respirando en automático mientras por dentro ya estás muerto.

El caos no te destruye.
Lo que te destruye es tu resistencia a morir y renacer.


Y ahora, la pregunta que arde

¿Vas a dejar que tu vida se oxide en la jaula de tu vieja versión?
¿O vas a atravesar el vacío y descubrir quién eres realmente?

“Sanar no es un mantra bonito ni un taller para pasar el rato: es cirugía sin anestesia sobre tus viejas excusas.
Si mientras leías sentiste que te estaban desnudando, ya sabes cuál es tu próximo movimiento. No esperes a que alguien te lleve de la mano.”