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La ruptura de una relación; es un proceso de muerte y cambio. Todo cambio, indica que algo muere. Todo lo que muere, inicia un cambio. “Es el comienzo de otra etapa”. Toda muerte, es también una despedida, algo que concluye. Despedirse de alguien con quien manteníamos un vínculo, una relación con quien habíamos vivido muchas experiencias comunes. 

Las despedidas pueden generar una sensación de pérdida irreparable, un inmenso vacío interior, una sensación de amputación de una parte de sí mismos. Aunque para algunos…”puede representar una auténtica liberación”. 

Cuando el amor se ha perdido, lo que nos queda de él…”son los recuerdos del amor y las cicatrices del apego”. Confundimos amor con apego. Nuestro sufrimiento, procede no del amor, sino del apego, de la no aceptación del cambio inherente a la vida. 

Cuando hay una pérdida por los motivos que sean, “es bueno entregarse al dolor de verdad. Uno se encuentra cara a cara consigo mismo, tal vez, uno se haya dejado de lado, se haya abandonado, no se conozca, ni se reconozca. En verdad, el vacío que se siente; es proporcional al grado de abandono de uno mismo. 

Cuando la relación se ha convertido en un desolado campo de batalla, donde sólo hay lugar para los juegos de poder, control y manipulación. Cuando hay abusos, maltratos, descalificaciones e insultos. Y cuando el lazo de la dependencia, se ha vuelto para uno de los dos insoportable… Es bueno, que alguien tenga la lucidez y valentía de darse cuenta y reconocer; que seguir juntos…”es pernicioso para todos”.  Y que la mejor decisión; es separarse, decirse adiós.

En definitiva, hay que crecer de una buena vez y recuperar la individualidad. Y para ello, un proceso de separación es un escenario excepcional. Crecemos cuando sufrimos, “NO” cuando disfrutamos. Cuando alguien se va de tu vida, di en voz alta o baja lo siguiente;

«Tomo lo que me diste; Fue un montón, y lo honraré y lo llevaré conmigo. Aquello que yo te di, lo di a gusto, sin esperar nada a cambio y puedes quedártelo. Por aquello que fue mal entre nosotros dos, yo asumo mi parte de responsabilidad, y te dejo la tuya”.

”Y ahora, te dejo en paz”.

Sanar, no significa que el daño nunca existió. Significa; que lo que una vez dolió, ya no controla tu vida. 

RECUERDA;

*EL DUELO ES UN PROCESO, “NO UN ESTADO”. Y LOS PROCESOS SE PASAN CON AMOR. Y EL AMOR INICIA EN TI.

*VIVE TU DUELO, ES ALGO NATURAL. PERO “NO” TIENES QUE VIVIRLO EN SOLEDAD*

*JAMÁS VUELVAS A UN LUGAR… DONDE TUS LÁGRIMAS, “NO” SIGNIFICARON NADA PARA QUIEN UN DÍA… TÚ QUISISTE MUCHO*

*YA NO SIRVE SEGUIR INTENTANDO… DONDE YA TE DEJARON CLARO QUE “NO” TE QUIEREN.

NO PIERDAS TU VIDA AFERRÁNDOTE A LO QUE YA TE SOLTÓ A TI Y “NO” EXISTE* 

NUNCA TE ACOSTUMBRES AL DOLOR…”NO” ES UN ESTADO NORMAL.

Con absoluto y profundo respeto muy sincero;

Autor ✍️*Emilio Alejandro García Jiménez*.

Muchas gracias 🙏