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El amor necesita un flujo natural entre dar y recibir, entre sostener y dejarse sostener, entre la energía masculina y femenina. Esta no es una cuestión de género, tiene que ver más con un equilibrio interno y relacional. Sin este balance, la relación se vuelve agotadora y se desgasta con el tiempo.

Imagina un motor al que solo le pones gasolina, pero nunca aceite. Aunque al principio funcione, poco a poco se desgastará hasta colapsar. Así ocurre en una relación cuando la energía masculina y femenina no están equilibradas.

En cada vínculo, más allá del género, existen dos energías esenciales que deben complementarse:

🔥 Energía Masculina: Es la dirección, la estabilidad, la fuerza protectora. Es lo que propone, estructura y sostiene.
💧 Energía Femenina: Es la receptividad, la intuición, la entrega, la sensibilidad. Es lo que fluye, crea conexión y nutre el vínculo.

Independientemente del género, cada persona posee ambas energías en distintas proporciones. Pero en una relación, su equilibrio define la dinámica del amor. Esto significa que cada miembro debe trabajar en el equilibrio de sus energías masculinas y femeninas para que la unión se dé forma armónica. Estos aspectos masculino y femenino se representa en la que damos y recibimos, en la manera en la que aceptamos el cambio o lo rechazamos, en la iniciativa que tenemos…

Voy a ponerte tres ejemplos fáciles en los que podemos observar el desbalance en una relación:

✔️ Uno de los dos toma siempre las decisiones y el otro simplemente se adapta sin cuestionar. Aquí estamos hablando de la polaridad Iniciativa – Adaptabilidad. Si tenemos demasiada Iniciativa, nuestra pareja se puede ver forzada a ceder y eso a la larga puede generar resentimiento. Si tenemos demasiada Adaptabilidad, nuestra pareja puede sentir que le cargamos, y que no se está relacionando con un igual. Esto puede hacer que nos sienta como un niño o una niña a la que cuidar.


✔️ Sientes que das demasiado o que recibes demasiado poco, o sientes que tu pareja se siente así contigo. Aquí estamos hablando de la polaridad Dar – Recibir, una de las más nucleares en la salud de la relación. Si el dar y el recibir no están en orden, la parte que más da acumula resentimiento y acaba colapsando.

✔️ Uno de los dos es el protector constante y el otro solo busca refugio sin sostener el vínculo activamente. Cuando una de estas dinámicas se mantiene en el tiempo, el vínculo pierde su dinamismo y armonía natural, afectando la satisfacción y la conexión entre ambos. El amor consciente no se trata de quién lidera o quién sigue, sino de encontrar una danza natural entre acción y apertura, entre dar y recibir, entre sostener y dejarse sostener.

Si estás en pareja, reflexiona: ¿Sientes que hay equilibrio entre la iniciativa y la receptividad, o entre el dar y el recibir? ¿Cómo podrías ajustarlo para mejorar la conexión?

Si estás soltero/a, piensa en tus relaciones pasadas: ¿Tendías a inclinarte demasiado hacia una energía? ¿Cómo podrías encontrar un mejor balance en el futuro?

Ya estés en pareja o soltero y quieres profundizar en este tema, puedo ayudarte. Ponte en contacto conmigo.